El avance de "la computación" en nuestras vidas ha ido creciendo a un ritmo vertiginoso. Bien dice mi primo Jorge, (es ingeniero electrónico), que ya no ejerce porque: "cuando acababa de especializarme de una cosa, esta ya había mutado" y "la carrera me la ganaron ellos porque no daba abasto; siempre se alejaba la meta". Me parece que fue ayer cuando fui a esa academia que estaba en Gorostiaga y Cabildo a hacer el curso de operador IBM. ¿Qué estudié? Estudié cómo manejar el sistema operativo DOS. Me lo enseñaron, con el nombre de DOS y estuve bastante tiempo hasta que logré saber si el MS DOS era lo mismo que el DOS. Aun no aparecía Internet y yo ya daba clase.
Si en ese momento me hubieran preguntado qué cursos pensaría estar haciendo en el futuro... juro que no diría este. Sin embargo aquí estoy. Cavilando y dando vueltas sobre la idea de las clases presenciales versus las clases virtuales. Todo aquello que hay para ver y leer sobre las ventajas de las TICs y que no hago tiempo a hacerlo, no evitan que pueda percibir que se avecina un cambio enorme. Que las cosas que imaginaron Ronderberry (creador de la serie "Viaje a las estrellas") y Asimov van a ser realidad. Sino miren las tablets, las tenían en sus manos el Comandante Spock y el Capitán Kirck. La educación puede y debe subirse a este coche de F1 ya.
La dicotomía entre el "cara a cara" y "lo virtual" me parece falsa. Nadie puede pensar en ambas como excluyentes. Sería una locura. Pero, a la luz del peso relativo actual de ambas, puedo entender aquellos que dicen que el cara a cara es irreemplazable. Se entiende especialmente si quién lo dice no se ha interiorizado aun de las enormes posibilidades de la ola Internet en educación.
Se me ocurre que lo mejor es la complementarización entre ambas. Si me apuran, debería decir que el tema que se trate en el proceso de enseñanza-aprendizaje condiciona el grado de complemento ideal entre las dos. No creo que sea lo mismo enseñar Filosofía que Turismo plenamente con uno u otro de los dos procedimientos. Pero, en principio, se me ocurren muchas más cosas donde aplicar las TICs en Turismo que en Filosofía. Ergo imagino más proporción de TICs en una carrera de Turismo que en una de Filosofía. Pero ninguna dejaría de beneficiarse de incluir lo virtual.
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