Ayer me contaron que una compañera de trabajo tiene cáncer. Aparentemente un cáncer de mama que ha generado ya metástasis en el hígado. Se lo descubrieron de casualidad luego que tuvo una descompostura.
Esta enfermedad me resulta intolerable. Esa "invasión" que sufre el cuerpo, en principio asintomática, da mucho temor. Ya la he tenido de chico (17 años), se trató de la misma situación que tuvo en tiroides la Presidenta Cristina, pero en mi caso era en serio. Por suerte encapsulada, es decir creció dentro de la glándula pero no salió de ella. El haberla tenido y safar, no me ha rustificado en absoluto, pienso en cáncer y se me estruja el estómago y me cosquillean los testículos (En mi, eso quiere decir miedo).
Toda mi solidaridad, mi acompañamiento y mi identificación con esa situación que comenzó a vivir mi compañera. Ponerse en el lugar del otro en estos casos es difícil, pero yo lo logro hacer y eso me abruma de infelicidad aunque no me esté pasando a mi.
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